Nadie imaginaba que la mujer que alguna vez enamoró a todo México a través de la pantalla escondiera tantas heridas. A sus 50 años, Itatí Cantoral la actriz consagrada de innumerables telenovelas ha roto décadas de silencio, revelando secretos que permanecían ocultos tras la fachada de fama, belleza y éxito.

Desde una adolescente descubierta por casualidad en un restaurante, hasta convertirse en un ícono televisivo, la vida de Itatí ha sido una constante montaña rusa entre el esplendor y la oscuridad.

Lo que ella revela hoy no es solo una confesión personal, sino un estremecedor testimonio del precio de la fama, de heridas abiertas y del poder de la resiliencia femenina.

De Muchachitas a los dramas familiares

Nacida en una familia artística hija del legendario compositor Roberto Cantoral y de una actriz argentina Itatí se adentró en el mundo del espectáculo desde temprana edad.

A los 16 años, su papel en Muchachitas la catapultó a la fama, abriendo las puertas a una exitosa carrera en la televisión mexicana.

Pero mientras su carrera ascendía, su vida personal se llenaba de turbulencias: una relación polémica con Alexis Ayala, un breve romance con el cantante Cristian Castro, y el doloroso matrimonio con Eduardo Santamarina, cuya infidelidad con la actriz Susana González se convirtió en uno de los escándalos más sonados del entretenimiento.

Itatí fue la última en enterarse de la traición. Lo descubrió a través de un trabajador de Televisa, quien le confesó que Eduardo y Susana se encerraban juntos en el camerino. La humillación pública fue devastadora.

Alcohol, controversias y una imagen distorsionada

Durante años, Itatí ha sido blanco de rumores persistentes sobre una supuesta adicción al alcohol. A pesar de que quienes la conocen la describen como una mujer inteligente, divertida y muy consciente de sí misma, algunos episodios alimentaron esa imagen.

Entre ellos, un video viral en el que se le ve saliendo de un restaurante en un estado “demasiado relajado”, y sus declaraciones polémicas sobre Michael Jackson y Lucía Méndez. Además, su peculiar interpretación de Las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe generó una ola de críticas y burlas.

Itatí negó haber estado ebria, asegurando que pensó que era un ensayo, sin saber que estaba en una transmisión en vivo. Con su habitual sentido del humor, afirma: “Una copa, de vez en cuando, claro… pero etiquetarme como alcohólica es injusto”.

Problemas financieros y líos legales

En 2021, Cantoral se vio involucrada indirectamente en un escándalo financiero durante la pandemia de COVID-19. Su sobrina, Alejandra Itatí Cantoral Ramos, fue acusada de utilizar el nombre de la actriz para gestionar un millonario pedido de mascarillas KN95, el cual jamás fue pagado. La deuda aumentó a casi 20 millones de pesos.

Aunque Itatí no ha hecho declaraciones públicas al respecto, su imagen volvió a estar en el centro del huracán mediático.

Renacer entre notas musicales y recuerdos

Hoy, a sus 50 años, Itatí Cantoral ya no es solo una actriz de telenovelas. Junto a su hermano, participa en homenajes conmovedores a su padre, interpretando las canciones que marcaron a generaciones de mexicanos.

Pese a los tropiezos, las traiciones y las pérdidas, ella ha sabido mantenerse en pie, priorizando su paz interior y el bienestar de sus hijos. “Mis hijos me dijeron: Mamá, ya hiciste todo lo que pudiste… suelta”, recordó con emoción.

Itatí Cantoral ha roto su silencio, no para provocar, sino para recuperar su voz. Y con honestidad, valentía y ese toque de ironía que la caracteriza, vuelve a conquistar al público, ya no como la protagonista de una novela, sino como la heroína de su propia vida.