Detrás de su sonrisa contagiosa y su estilo único, se escondía un dolor que muy pocos llegaron a ver.

Chula Prieto, la cantante y actriz que supo brillar en escenarios de todo México, vivió una vida llena de contrastes: éxito, reconocimiento… y una soledad que terminó consumiéndola desde adentro. Hoy, su historia vuelve a conmover a miles de personas en redes sociales.

 Una estrella que prometía demasiado

Chula Prieto nació en los años 80 en Guadalajara, Jalisco. Desde muy joven mostró un talento natural para el canto ranchero y el teatro popular. Su voz potente y su carisma sobre el escenario la llevaron rápidamente a conquistar públicos regionales.

Para 2005, ya era una figura recurrente en ferias, palenques y programas de televisión local. Muchos la llamaban “la joya escondida del norte”, y se rumoreaba que importantes disqueras buscaban firmar contrato con ella. Su estilo recordaba a las grandes: Lucha Villa, Rocío Dúrcal, pero con un giro fresco, muy suyo.

Pero mientras su carrera crecía, su mundo personal comenzaba a desmoronarse. El dolor detrás del escenario

Amigos cercanos aseguran que Chula Prieto vivía una lucha constante contra la depresión. A pesar de sus logros artísticos, sentía que nunca fue tomada en serio por la industria musical nacional. Se sintió ignorada por las grandes plataformas y excluida de festivales importantes.

Además, según relatos no confirmados pero viralizados en redes, Chula habría mantenido una relación sentimental con un productor que prometió lanzarla al estrellato… y terminó traicionándola. La relación terminó mal, con promesas rotas, deudas impagas y un corazón roto.

A partir de 2012, sus apariciones comenzaron a disminuir. Se alejó de los reflectores y regresó a su ciudad natal, donde continuó cantando en pequeños bares y eventos comunitarios. Su público la seguía amando, pero su luz ya no brillaba igual.

El silencio que preocupó a todos

En 2017, Chula publicó una serie de mensajes crípticos en su página de Facebook, donde hablaba de sentirse “cansada”, “invisible” y “traicionada por quienes juraron apoyarla”. Esos posts encendieron las alarmas entre sus seguidores, pero poco después, su cuenta fue cerrada.

Durante años no se supo nada de ella. Algunos decían que se había mudado a Estados Unidos, otros que había abandonado la música por completo.

Hasta que en mayo de 2024, un canal independiente de YouTube publicó una entrevista con un familiar cercano, donde se reveló que Chula había fallecido en 2021, en circunstancias poco claras. La causa oficial fue una complicación respiratoria, pero muchos apuntan a que su estado emocional influyó fuertemente en su deterioro.

 Redes sociales: entre tristeza y enojo

La noticia cayó como balde de agua fría. Usuarios en X, TikTok y Facebook comenzaron a compartir videos de sus presentaciones, entrevistas pasadas y mensajes de apoyo.

“Chula tenía todo para ser grande, pero la industria la ignoró”, escribió una fan.

“Qué injusto que una artista tan auténtica muriera en el olvido”, publicó otro.

“No sabíamos que estaba sufriendo tanto…”, fue uno de los comentarios más repetidos.

En TikTok, el hashtag #ChulaPrieto acumuló más de 3 millones de visualizaciones en solo 48 horas, con usuarios rescatando clips de sus mejores momentos en el escenario.

 Lo que ya se sabía… y lo que se calló

En 2010, durante una entrevista en un canal local de Monterrey, Chula habló brevemente sobre su frustración en la música:

“A veces, siento que por no entrar en el molde que quieren, no me toman en serio. Pero yo sé lo que valgo y seguiré cantando mientras tenga voz.”

Esa frase, que pasó desapercibida en su momento, hoy resuena con fuerza entre quienes la admiraban.

También hay quienes cuestionan por qué nadie hizo nada por ella cuando más lo necesitaba. Algunos medios aseguran que intentó buscar ayuda en instituciones culturales sin obtener respuesta. Otros sostienen que su familia prefirió mantener todo en silencio por respeto a su privacidad. Una historia que merece ser contada

La vida de Chula Prieto nos recuerda que el brillo del escenario muchas veces oculta sombras profundas. Que no todo lo que vemos en redes es real. Que el talento, por sí solo, no siempre basta.

Pero también nos invita a no olvidar. A valorar a los artistas auténticos, a escuchar más allá de lo comercial, y a preguntar: ¿quiénes son los que callan cuando más necesitan ser escuchados?

¿Tú qué opinas sobre la historia de Chula Prieto?

¿Crees que merecía más reconocimiento?
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