En una decisión sin precedentes que ha causado conmoción en la industria de los medios, Elon Musk, el magnate multimillonario de la tecnología, ha adquirido ABC, una de las cadenas de televisión más antiguas e influyentes de Estados Unidos.

Como parte de la adquisición, Musk ha nombrado al controvertido comentarista político Tucker Carlson como nuevo director ejecutivo, con el claro mandato de desmantelar lo que Musk percibe como una mentalidad mediática “consciente” y reformular la postura editorial de la cadena.

Musk, conocido por sus declaraciones y acciones audaces, ha criticado durante mucho tiempo lo que considera una creciente influencia de las ideologías progresistas en los medios tradicionales.

Anteriormente se ha pronunciado en contra de la percepción de sesgo izquierdista en los principales medios de comunicación y ha expresado sus preocupaciones sobre cómo influye en el discurso público.

Su compra de ABC se considera un intento de desafiar el predominio de estas narrativas e introducir un enfoque más equilibrado, si no conservador, al periodismo.

Carlson, que ganó fama nacional como presentador de Tucker Carlson Tonight en Fox News, ha sido uno de los críticos más abiertos de los movimientos progresistas en los medios.

Se espera que su mandato como director ejecutivo de ABC marque el comienzo de cambios significativos, incluido un cambio en la programación, la cobertura de noticias y el tono general de la cadena.

Las fuentes sugieren que el liderazgo de Carlson se centrará en ofrecer contenido que desafíe lo que Musk y Carlson describen como la cultura “políticamente correcta” que ha permeado los medios tradicionales.

El anuncio ha provocado reacciones encontradas. Los partidarios de Musk y Carlson están celebrando la decisión como una corrección muy necesaria a lo que consideran una información tendenciosa y una dilución de la integridad periodística.

“Durante demasiado tiempo, los medios tradicionales han complacido a una determinada agenda”, dijo una fuente anónima cercana a Musk. “Este es un paso hacia la restauración del periodismo real”.

Por otra parte, los críticos han expresado su preocupación por la posibilidad de una mayor polarización y la consolidación del poder de los medios en manos de unos pocos individuos influyentes.

Los críticos sostienen que esta medida podría dividir aún más el ya fragmentado panorama de los medios y reducir la diversidad de perspectivas disponibles para el público.

Algunos también han expresado temores de que el liderazgo de Carlson pueda conducir a un contenido más abiertamente partidista, difuminando aún más las fronteras entre las noticias y la opinión.