La plataforma de redes sociales de Elon Musk, X (anteriormente Twitter), sufrió otra interrupción significativa el viernes por la tarde, afectando gravemente a usuarios de todo Estados Unidos. Esta interrupción, que duró varias horas, agravó los problemas que ya enfrentaba Musk, cuya inversión de 44 000 millones de dólares en X parecía estar bajo una presión cada vez mayor.

El incidente, que ocurrió alrededor de las 2:30 p.m. ET, dejó a los usuarios sin poder acceder a la plataforma ni utilizar sus servicios, y una ola masiva de quejas inundó los sitios web de monitoreo de interrupciones como Downdetector.

A medida que la interrupción se prolongó hasta la tarde, se registraron más de 50.000 informes de usuarios frustrados, y la mayoría de los problemas parecieron concentrarse en la mitad oriental de los Estados Unidos.

El fallo técnico inicialmente pareció afectar a las áreas metropolitanas más grandes de la Costa Este, pero las zonas con mayores problemas se encontraron en las principales ciudades del Medio Oeste, como Dallas, Chicago y Minneapolis. Mientras tanto, usuarios de X de otras ciudades como Atlanta, Filadelfia, Boston y Nueva York también reportaron no poder iniciar sesión ni usar los servicios de la plataforma.

Para muchos, esta última falla sirvió como un doloroso recordatorio de los problemas constantes que Musk ha enfrentado en su gestión de X. En solo unas pocas horas, esta interrupción eliminó millones de dólares del valor de la plataforma, lo que exacerbó las preocupaciones sobre la viabilidad a largo plazo de la adquisición de Musk por 44 mil millones de dólares en 2022.

Si bien el valor de las acciones de la plataforma no cayó inmediatamente en respuesta a la interrupción (manteniéndose estable en alrededor de $43 por acción ese día), los efectos a largo plazo en la reputación de la empresa podrían ser mucho más significativos.

A medida que la interrupción persistía, la frustración de los usuarios de X comenzó a desbordarse. Muchos recurrieron a otras redes sociales para expresar su insatisfacción, y algunos incluso criticaron directamente a Musk, señalando la ironía de que el hombre más rico del mundo tuviera dificultades para mantener el servicio que adquirió por la exorbitante suma de 44 000 millones de dólares. Un usuario, visiblemente frustrado, tuiteó: «Elon es literalmente el hombre más rico del mundo y sigue sin poder mantener su maldita página web en funcionamiento. ¡HAZ TU TRABAJO!».

Además de la incomodidad de no poder acceder a sus cuentas, muchos usuarios de X temían haber sido expulsados ​​de la plataforma, solo para recibir mensajes de error que indicaban que no estaban autorizados a usar el servicio. Esto generó confusión, ya que los usuarios especularon que habían violado las políticas de la plataforma, solo para darse cuenta posteriormente de que la interrupción era más generalizada de lo que se creía inicialmente.

Si bien los problemas técnicos fueron ciertamente frustrantes para los usuarios habituales, también plantearon importantes interrogantes sobre la infraestructura de la plataforma de X, cuya fiabilidad ha disminuido en los últimos meses. Los esfuerzos de Musk por modernizar la plataforma e introducir nuevas funciones, como Grok 3, la versión propia de X del chatbot de IA, parecen estar fracasando.

Los usuarios informaron problemas para acceder incluso a estas nuevas funciones durante la interrupción, lo que resalta aún más la fragilidad de la columna vertebral técnica de la plataforma.

A pesar de la creciente frustración, la interrupción no pareció tener un efecto inmediato en la valoración de X en Wall Street. Según informes del Financial Times, la valoración actual de X se mantiene en 44.000 millones de dólares, el mismo precio que Musk pagó por adquirir Twitter en 2022.

Las acciones de X se mantuvieron estables en $43 por acción, a pesar de la interrupción generalizada y la prensa negativa que la rodeó. Esta estabilidad podría deberse a que los inversores han llegado a aceptar la volatilidad y los fallos técnicos como parte habitual de las operaciones de X bajo la propiedad de Musk.

Sin embargo, muchos en los sectores tecnológico y financiero siguen cuestionando si la compra de la plataforma por parte de Musk por 44 000 millones de dólares rendirá alguna vez los beneficios que anticipaba. Mientras X lucha por cumplir las expectativas de los usuarios en cuanto a disponibilidad y fiabilidad, persisten las dudas sobre la capacidad de Musk para convertir la plataforma en una empresa rentable.

Para un hombre acostumbrado al éxito en emprendimientos comerciales como Tesla y SpaceX, esta adquisición en las redes sociales ha demostrado ser un desafío mucho más difícil.

Esta última interrupción es solo la punta del iceberg para Musk, quien lidia con las crecientes tensiones que rodean no solo a X, sino también a su empresa de vehículos eléctricos, Tesla. Las protestas en los concesionarios de Tesla han aumentado recientemente, con multitudes congregándose para protestar e incluso incendiando algunos vehículos eléctricos de la compañía.

Estas protestas ocurren en un momento en que Tesla está bajo un intenso escrutinio tanto de los consumidores como de los reguladores, y la gestión de la situación por parte de Musk ha hecho poco para calmar el malestar.

Además de las protestas, los concesionarios de Tesla también se han convertido en blanco de actos más siniestros. Apenas unos días antes del apagón de X, se encontraron múltiples artefactos incendiarios dentro de una sala de exhibición de Tesla en Austin, Texas.

El Departamento de Policía de Austin respondió a una denuncia anónima el lunes por la mañana, lo que provocó una amenaza de bomba en una de las tiendas insignia de la compañía. Esto sigue un patrón de crecientes amenazas contra las empresas de Musk, lo que agrava aún más la presión sobre él.

Estos crecientes desafíos llegan en un momento en que la influencia y la reputación de Musk se ponen a prueba en múltiples frentes. Como director ejecutivo de Tesla y SpaceX, Musk ha cultivado una imagen de emprendedor visionario capaz de lograr lo aparentemente imposible.

Sin embargo, ahora que su compra de X por 44 mil millones de dólares enfrenta problemas técnicos, reacciones negativas de los usuarios y un entorno financiero desafiante, su liderazgo está siendo examinado más que nunca.

A pesar de todos los éxitos previos de Musk, parece que el futuro de X no será fácil. Con las interrupciones técnicas que siguen afectando a la plataforma, la creciente insatisfacción de los usuarios y los analistas financieros cuestionando su viabilidad a largo plazo, la otrora prometedora adquisición se enfrenta ahora a un futuro incierto.

Musk ha realizado numerosos cambios en X en un esfuerzo por revivir su fortuna, desde cambiar la marca de la plataforma hasta introducir nuevas funciones como Grok 3. Sin embargo, como lo demostró la interrupción del viernes, la infraestructura técnica central de la plataforma sigue siendo frágil, lo que dificulta mantener el tipo de estabilidad que los usuarios esperan de un gigante de las redes sociales.

En cuanto a la respuesta de Musk a este último revés, X no ha hecho ningún comentario oficial sobre la interrupción, y el propio Musk aún no ha abordado el problema públicamente. Queda por ver si Musk podrá superar estos desafíos.

Sin embargo, si estas dificultades técnicas continúan y la plataforma no cumple con sus promesas, la inversión de 44.000 millones de dólares de Musk en X puede resultar cada vez más difícil de justificar.

En conclusión, si bien la valoración de X, de 44 000 millones de dólares, se mantiene intacta por ahora, la reciente interrupción de la plataforma, sumada a otros desafíos comerciales de Musk, plantea importantes interrogantes sobre su futuro. Para que X sobreviva y prospere bajo la propiedad de Musk, la plataforma deberá abordar sus problemas técnicos actuales, mejorar la satisfacción del usuario y encontrar la manera de diferenciarse en un mercado de redes sociales cada vez más concurrido.

Sólo el tiempo dirá si Musk puede restaurar la confianza tanto de los usuarios como de los inversores o si el turbulento viaje de X acabará siendo un costoso paso en falso en su por lo demás exitosa carrera empresarial.