Elon Musk, el visionario empresario que está detrás de Tesla, SpaceX y otras empresas de alto perfil, es conocido por sus ideas audaces y tecnologías disruptivas.

Sin embargo, más allá de su trabajo pionero en el mundo de la tecnología, Musk también tiene una pasión personal por  los autos , en particular aquellos que superan los límites del rendimiento, el diseño y la innovación.

Su colección de  vehículos de lujo abarca desde las maravillas eléctricas de Tesla hasta superdeportivos raros y exóticos que pocos pueden soñar con poseer. Echemos un vistazo más de cerca a algunos de los autos más asombrosos de la colección de Elon Musk.

1. Tesla Roadster (2017): el sueño de un vehículo totalmente eléctrico

No es de extrañar que la propia colección de Musk incluya el coche que puso a Tesla en el mapa: el Tesla Roadster.

Este deportivo totalmente eléctrico es una maravilla tecnológica, capaz de acelerar de 0 a 60 mph en solo 1,9 segundos, lo que lo convierte en uno de los coches más rápidos del mundo.

Presentado originalmente en 2008, el Roadster de segunda generación fue presentado por Musk en 2017 con increíbles mejoras en rendimiento y autonomía.

Con su diseño elegante y futurista y su velocidad alucinante, el Tesla Roadster es un verdadero testimonio del compromiso de Musk de superar los límites de la tecnología de los vehículos eléctricos.

En 2018, Musk fue noticia al enviar un Tesla Roadster rojo al espacio a bordo del cohete Falcon Heavy, lo que simboliza su deseo de unir los mundos de la ingeniería automotriz y la exploración espacial.

Musk ha mencionado que su Roadster personal está equipado con un interior personalizado, lo que lo hace aún más único.

2. Porsche 911 Turbo S: un clásico con un toque moderno

Si bien Musk se enfoca en la innovación, también aprecia los clásicos. El Porsche 911 Turbo S es un excelente ejemplo de un automóvil que combina un diseño atemporal con un rendimiento moderno.

Conocido por sus elegantes curvas, manejo excepcional y potencia bruta, el 911 Turbo S es uno de los autos deportivos más venerados del mundo.

Con un tiempo de aceleración de 0 a 60 mph de solo 2,6 segundos, este automóvil ofrece una velocidad electrizante en un paquete que se mantiene fiel al legado de Porsche.

Musk ha sido visto muchas veces con este icónico coche y, aunque no es tan futurista como sus Tesla, transmite una sensación de refinamiento y pasión que encaja perfectamente en su colección.

El Porsche 911 es un ejemplo de la capacidad de Musk para equilibrar la innovación con el aprecio por la historia del automóvil.

3. McLaren F1: un superdeportivo poco común de los años 90

Quizás una de las incorporaciones más inesperadas a la colección de coches de Musk es el McLaren F1.

Conocido por ser uno de los coches más rápidos de su época, el McLaren F1 ocupa un lugar especial en la historia del automóvil.

Lanzado en 1992, el F1 fue el coche de producción más rápido del mundo durante muchos años, con una velocidad máxima de más de 240 mph.

Con su característica posición de conducción central, diseño ligero e ingeniería única, el McLaren F1 sigue siendo un superdeportivo muy buscado entre los coleccionistas.

La pasión de Musk por la velocidad y el rendimiento se refleja en esta rara incorporación a su colección.

El McLaren F1, con su asombroso valor en el mercado, habla de la capacidad de Musk para combinar su amor por la tecnología de vanguardia con un profundo aprecio por los mejores superdeportivos de todos los tiempos.

4. Lotus Esprit (de La espía que me amó )

Otro vehículo destacado en la colección de Musk es el Lotus Esprit, que se transformó en un submarino en la película de James Bond La espía que me amó .

Musk compró este  auto en una subasta en 2013 y tiene un lugar especial en su corazón, no solo como un auto deportivo clásico, sino como una pieza icónica de la historia del cine.

Aunque las características sumergibles del auto aún no se han adaptado, el amor de Musk por los vehículos extravagantes y de alta tecnología se muestra bien con esta fascinante incorporación.

El Lotus Esprit es un recordatorio del sentido del humor de Musk y su amor por lo inusual.

También refleja su inclinación a fusionar la ciencia ficción con la tecnología del mundo real, un espíritu que ha sustentado gran parte de su trabajo en Tesla y SpaceX.