ASQUEROSO: “Esos desgraciados grabaron por debajo de mi falda” Shakira, indignada, declaró que llevará hasta el final la demanda contra los hombres que la acosaron sexualmente. Ellos, en un acto repugnante, grabaron y vendieron el video en páginas web clandestinas, y además robaron pertenencias personales de Shakira para subastarlas. Una banda miserable que no muestra temor alguno pese a haber recibido la denuncia, y cuya siguiente acción dejó a todos sin poder creer lo que veían.

La indignación mundial no se hizo esperar tras la denuncia pública de Shakira, quien reveló con firmeza y valentía que fue víctima de un ataque vil, una violación a su intimidad y dignidad como mujer. Según su declaración, un grupo de hombres se acercó a ella en un evento social, aprovecharon un descuido y colocaron cámaras ocultas con el único propósito de filmar por debajo de su falda. Las imágenes fueron posteriormente comercializadas en la web oscura, donde el morbo y el crimen se entrelazan en un mercado despreciable que solo busca lucrarse con la humillación ajena.

Shakira, visiblemente afectada pero sin perder la fuerza que siempre la ha caracterizado, aseguró que no permitirá que este caso quede impune. “Ellos tocaron el límite de lo inaceptable, y si creen que me quedaré callada, están muy equivocados”, habría dicho la artista en un comunicado que rápidamente se volvió viral. Lo más indignante es que estos sujetos no se conformaron con la grabación ilícita: también robaron pertenencias privadas de la cantante, entre ellas objetos de valor sentimental, para luego intentar subastarlos en sitios clandestinos. Un acto que, más allá de lo material, busca dañar su imagen pública y su tranquilidad personal.

La investigación policial está en curso, pero lo que genera mayor alarma es la desfachatez de esta banda. Pese a que la denuncia ya fue interpuesta, los implicados no han mostrado señales de arrepentimiento ni de temor. Por el contrario, su siguiente movimiento dejó helados a los fans y a la prensa internacional: filtraron nuevos fragmentos del material robado como si desafiaran directamente a la justicia y a la propia Shakira. Este gesto insolente fue recibido con repudio generalizado, al mismo tiempo que aumentó la presión sobre las autoridades para actuar con rapidez y contundencia.

La situación ha despertado un debate profundo sobre la seguridad de las celebridades y, en general, de todas las mujeres expuestas al acoso y la violencia digital. Lo que vive Shakira es un ejemplo claro de cómo el crimen organizado se ha infiltrado en los rincones más oscuros de internet, donde la privacidad se convierte en mercancía y el respeto desaparece por completo. Numerosas organizaciones feministas y defensores de derechos humanos ya han expresado su apoyo a la cantante, calificando este hecho como un ataque no solo contra ella, sino contra todas las mujeres.

Shakira, mientras tanto, reafirma su decisión de llevar la demanda hasta las últimas consecuencias. La artista insiste en que este caso debe sentar un precedente y servir como advertencia para aquellos que creen que pueden violentar la intimidad de una mujer sin enfrentar consecuencias. La valentía con la que ha enfrentado esta pesadilla la coloca nuevamente en el centro de atención, no como la estrella que brilla sobre los escenarios, sino como la mujer que se niega a ser silenciada frente a un ultraje tan asqueroso y brutal.