Hay noticias que conmocionan no solo por la pérdida, sino también por los recuerdos colectivos que despiertan. Eduardo Serrano – el actor legendario, símbolo de los “galanes” de la pantalla chica – falleció en Miami a los 82 años, tras una dura batalla contra el cáncer de pulmón con metástasis cerebral y un cáncer en la vejiga.

Del “galán” nacional a leyenda de una época

Eduardo Serrano no fue simplemente un actor. Fue el rostro de toda una etapa gloriosa de la televisión venezolana, cuando las telenovelas se convirtieron en el alimento espiritual de millones de familias. Con su porte elegante, carisma y actuación natural, Serrano quedó inmortalizado en producciones clásicas como Las Amazonas y El sol sale para todos. No era solo el protagonista romántico: era parte de la vida cotidiana de varias generaciones.

Una batalla librada en silencio

A mediados de este año, su hija – la actriz Magali Serrano – reveló públicamente el diagnóstico devastador de su padre: cáncer de pulmón de células pequeñas con metástasis cerebral y cáncer en la vejiga. Debió someterse a una nefrostomía, a quimioterapias y radioterapias. Su salud se deterioró rápidamente y necesitó cuidados permanentes en su casa de Miami. Magali dejó de trabajar para acompañarlo y lanzó una campaña de recaudación para cubrir los gastos médicos, conmoviendo a colegas y admiradores.

La despedida más íntima de su hija

Tras la partida de su padre, Magali publicó una carta extensa y emotiva en redes sociales. Allí lo llamó “rey, amor de mi vida”, recordando momentos cotidianos, complicidades familiares y la enorme cercanía entre ambos. Sus palabras revelaron al Serrano más humano: padre, abuelo y amigo incondicional, más allá del ícono televisivo.

Voces que lo despidieron

Figuras como Alba Roversi, Orlando Urdaneta, Flor Núñez o Glerisarra dedicaron mensajes de admiración y afecto. Todos coincidieron en señalarlo como un artista ejemplar, un compañero generoso y un hombre íntegro cuya sonrisa permanecerá imborrable.

Un legado que trasciende la pantalla

Eduardo Serrano solía decir a los más jóvenes: “El éxito no es ser el protagonista, es respetar al público y a quien tienes al lado en el set.” Esa filosofía sencilla, pero profunda, resume una trayectoria marcada por la disciplina, la humildad y la pasión por el oficio.

Conclusión

La muerte de Eduardo Serrano cierra un capítulo dorado de la televisión venezolana, pero su recuerdo continúa vivo en las telenovelas que protagonizó, en las enseñanzas que dejó a sus colegas y en la voz de su hija, que con lágrimas resumió lo que todos sienten: este no es un adiós, es un hasta pronto.