El 1 de julio de 2025, los astrónomos detectaron un misterioso objeto interestelar denominado 3I/ATLAS, el tercer visitante conocido procedente de fuera de nuestro Sistema Solar. El interés se disparó cuando surgieron propuestas para interceptarlo, utilizando naves espaciales existentes, para estudiar su naturaleza de cerca. Entre las voces que participan en el debate, el nombre de Elon Musk se ha visto arrastrado a través de informes especulativos, revuelo en redes sociales y titulares sensacionalistas. Pero ¿qué ha sucedido realmente? ¿Existe algún plan creíble que involucre a Musk o SpaceX? ¿Qué obstáculos científicos, técnicos y logísticos se interponen en el camino? ¿Y qué revelaciones impactantes podrían surgir?

Este artículo analiza lo que se sabe, lo que se propone y lo que sigue siendo especulativo, para separar la ciencia de la fantasía espacial.

¿Qué es 3I/ATLAS?

3I/ATLAS (o simplemente “3I”) es un objeto interestelar, lo que significa que proviene de fuera del Sistema Solar. Fue observado por el sondeo ATLAS (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides).

Tiene una órbita hiperbólica (es decir, sigue una trayectoria que no la une al Sol) y se mueve extremadamente rápido.

Los astrónomos esperan que alcance el perihelio (el punto más cercano al Sol) alrededor del 30 de octubre de 2025.

Luego, un evento futuro importante: a mediados de marzo de 2026 (alrededor del 14 al 16 de marzo), se espera que 3I/ATLAS llegue a unos 53,6 millones de kilómetros de Júpiter.

¿Por qué Júpiter? Porque esa aproximación ofrece una oportunidad excepcional: una nave espacial que ya orbita Júpiter podría ajustar su órbita e interceptar el objeto a su paso. Esto es mucho más factible que lanzar una nueva misión desde la Tierra, dadas las cortas escalas de tiempo y las distancias.

La propuesta de Juno: ciencia real, idea audaz

Un artículo científico de Avi Loeb, Adam Hibberd y Adam Crowl (publicado en el servidor de preimpresión ArXiv el 29 de julio de 2025) analiza si la nave espacial Juno de la NASA, que ha estado orbitando Júpiter desde 2016, puede ser reorientada para interceptar a 3I/ATLAS.

Puntos técnicos clave:

El plan requeriría un cambio de empuje (ΔV) de 2,6755 km/s, aplicado alrededor del 9 de septiembre de 2025, para desplazar la órbita de Juno (reducir su perijove) y realizar lo que se denomina maniobra Oberth de Júpiter.

Tras la maniobra, Juno sobrevolará a 3I/ATLAS cerca de su punto más cercano a Júpiter. Este sobrevuelo permitirá a los instrumentos de Juno (espectrómetro, cámara ultravioleta, magnetómetro, etc.) realizar observaciones mucho más detalladas que las que pueden realizar los telescopios terrestres.

El ΔV requerido (~2,675 km/s) se acerca curiosamente al ΔV inicial total que Juno tenía al ser lanzado. Por lo tanto, en teoría, si Juno aún dispone de suficiente propelente/combustible, la maniobra podría ser físicamente posible. Sin embargo, la salvedad es que, desde 2017, el motor principal de Juno no se ha utilizado, y el combustible restante real (y su fracción utilizable) es incierto.

Por lo tanto, la propuesta de Juno es creíble como hipótesis científica. Representa un sobrevuelo factible, aunque no un encuentro (velocidad de coincidencia), ya que 3I/ATLAS se mueve demasiado rápido con respecto a Júpiter como para que una nave espacial pueda igualarlo.

Entra Elon Musk: La máquina de especulación

¿Qué papel juega Elon Musk en esto? Hasta el momento, no hay pruebas públicas creíbles de que Musk o SpaceX se hayan comprometido oficialmente o planeado una misión de intercepción de 3I/ATLAS. Las menciones que lo vinculan se encuentran principalmente en artículos sensacionalistas, blogs o conjeturas. Por ejemplo:

Algunos informes de los medios sugieren que Elon Musk ha expresado interés o está “involucrado” en discusiones sobre vida extraterrestre/objetos interestelares en general, pero nada directo o verificable sobre intervenir con 3I/ATLAS.

Un artículo especulativo (“¡Está confirmado, el 3I ATLAS es una nave espacial extraterrestre!”) que aparece en medios menos científicos afirma que Musk y Avi Loeb advierten que el 3I/ATLAS puede ser una nave espacial extraterrestre, pero estas afirmaciones no están respaldadas por ciencia revisada por pares ni por una confirmación fundamentada.

Fuentes científicas más responsables (arXiv, etc.) no mencionan a Musk, sino que se centran en Juno y en las misiones espaciales existentes.

Por lo tanto, gran parte de la narrativa de que “Elon Musk intercepta 3I/ATLAS” es pura publicidad, diseñada para generar clics, curiosidad y sensacionalismo, en lugar de basarse en planes verificados.

Qué es factible y qué no

A continuación se presenta un resumen de lo que es científica y técnicamente factible frente a lo que sigue siendo especulativo o improbable.

Qué sucedió realmente después / Qué ver

Dadas las propuestas científicas, aquí están los próximos pasos, lo que están haciendo los científicos y qué evidencia podríamos obtener, posiblemente “impactante”, pero fundamentada.

Evaluación del combustible y la órbita de Juno. La mayor incógnita técnica es si Juno dispone de suficiente combustible utilizable para alcanzar el ΔV requerido. Para septiembre de 2025, los equipos de la misión evaluarán la capacidad de propulsión, el estado de la misión y la adaptabilidad orbital de Juno. Si el combustible es insuficiente, el plan de intercepción podría ser cancelado o modificado.

Monitoreo del comportamiento de 3I/ATLAS. Las observaciones (telescopios, análisis espectral) continuarán, especialmente alrededor del perihelio (octubre de 2025), para observar si aparece actividad cometaria (cola, emisión de gas), si se producen aceleraciones no gravitacionales (que sugieren algo inusual) o cualquier desviación inesperada. Esto podría proporcionar pistas importantes sobre su naturaleza.

Mapeo preciso de la trayectoria. Si la trayectoria del objeto se modifica debido a la presión de la radiación solar, la desgasificación u otras fuerzas, las predicciones sobre su trayectoria cerca de Júpiter podrían cambiar. Cualquier ajuste necesario para el sobrevuelo de una nave espacial requerirá datos de trayectoria actualizados.

Comunicación pública y científica. Científicos como Avi Loeb han planteado hipótesis sobre si el 3I contiene un elemento artificial (es decir, tecnológico, no natural), pero estas son preliminares y especulativas. Si más datos respaldan o descartan estas afirmaciones, esto podría ser impactante en cualquier sentido (ya sea confirmando que es completamente natural o descubriendo características muy inesperadas).

No hay ninguna misión anunciada por Musk/SpaceX.
Hasta el momento, no hay ninguna misión pública de Elon Musk ni de SpaceX para interceptar 3I/ATLAS. Si se anunciara, requeriría una propulsión enorme, un diseño de misión avanzado y una rápida toma de decisiones, algo que no se refleja en los planes revisados ​​por pares ni en los planes de la agencia hasta el momento.

¿Por qué tanto revuelo?

Es importante comprender la brecha entre lo que se afirma y lo que se verifica:

La intriga extraterrestre vende. Las sugerencias de naves extraterrestres captan la atención de los medios. Científicos como Avi Loeb a veces barajan hipótesis de que los objetos podrían ser artificiales, lo cual se ve amplificado (a veces distorsionado) por los rumores en los medios e internet.

Elon Musk es una figura destacada. Su nombre despierta interés inmediato, por lo que a menudo se especula sobre él, incluso cuando no se basa en ningún anuncio.

La ciencia es inherentemente incierta. Con un nuevo visitante interestelar, surgen muchas incógnitas (composición, trayectoria, comportamiento), por lo que es natural que la especulación llene los vacíos. Los medios de comunicación a menudo malinterpretan “quizás” como “definitivamente”.

¿Podría haber un giro?

Si la ciencia resulta correcta, algunas de las posibilidades de “shock” más dramáticas incluyen:

Descubrimiento de comportamiento no natural en 3I/ATLAS, como una aceleración inesperada o la falta de gas/cola esperados, que podrían sugerir algo inusual.

Encontrar una composición química detallada que desafíe los modelos existentes del sistema solar: proporciones isotópicas, moléculas orgánicas, etc.

Si Juno (u otra nave espacial) realmente captura datos que sugieran algo artificial, eso sería un cambio de paradigma.

Pero igualmente, el resultado podría ser mundano: 3I/ATLAS se comporta como un cometa interestelar extraño pero natural, y el plan de intercepción puede abandonarse debido a limitaciones técnicas (combustible, trayectoria).

Conclusión

Entonces, ¿Elon Musk intentó interceptar el 3I/ATLAS? No es creíble. Ni Musk ni SpaceX tienen un plan verificado para interceptar ese objeto. La propuesta creíble proviene de equipos científicos que exploran si Juno puede ser redirigida para sobrevolar el 3I/ATLAS cerca de Júpiter en marzo de 2026.

La “conmoción” no proviene todavía de la revelación de una nave extraterrestre, sino de lo cerca que podría estar la humanidad de estudiar de cerca a un visitante interestelar, utilizando naves espaciales existentes. Que se aproveche esta oportunidad dependerá de evaluaciones técnicas, decisiones de las agencias espaciales y de la voluntad científica y política. Si todo cuadra, los próximos meses podrían proporcionar algunos de los datos observacionales más emocionantes en décadas.