Elon Musk, el maestro de 54 años de Tesla y SpaceX, que se siente más cómodo con los cohetes que con los teclados, asombró a los sagrados pasillos del Carnegie Hall el 28 de septiembre de 2025, convirtiendo una gala de la alta sociedad en un espectáculo viral. El multimillonario, invitado a una subasta benéfica, provocó asombro al burlarse juguetonamente del pianista de la noche, bromeando desde su asiento: “Qué monada, ahora vean tocar a un ingeniero de verdad”. El público rió nerviosamente, esperando una broma, pero Musk subió al escenario, se arremangó y desató una interpretación asombrosa de la “Sonata Claro de Luna” de Beethoven que silenció a los escépticos y desató un aplauso atronador. X explotó (#MuskPiano), con 20 millones de visualizaciones del clip en cuestión de horas, y los fans tuitearon: “¿Elon, el virtuoso? De Marte a las obras maestras, ¡nunca un momento aburrido!”.

La actuación improvisada, la primera presentación pública de Musk con un piano desde su demostración de Neuralink en 2023, donde “jugó” con señales cerebrales, combinó precisión clásica con estilo improvisado, con sus dedos volando por el piano Steinway como una secuencia de lanzamiento de SpaceX. “Aprendí a tocar para pensar; la música es mi código para el caos”, explicó Musk más tarde en X, atribuyéndolo a las lecciones de su infancia en Sudáfrica. ¿La burla? Una broma desenfadada sobre la lista de canciones “seguras” del pianista, pero el giro de Musk —fusionando “Sonata” con un fragmento de su tema “Don’t Doubt Ur Vibe”— se ganó una ovación de pie del público de primera línea, incluyendo a Yo-Yo Ma y Lang Lang, que tuitearon: “¡Audaz y brillante, Elon tiene ritmo!”.

Esta travesura en Carnegie llega en medio del torbellino de Musk: el paquete salarial de 1 billón de dólares de Tesla, los homenajes a Kirk y el revuelo por el Pi Phone. Fuentes internas afirman que la gala, que recaudó 5 millones de dólares para educación musical, fue el “reinicio humano” de Musk, un guiño a sus 12 hijos y a la influencia artística de Grimes. Los escépticos se quejan de que es una “provocación para titulares”, pero el talento en bruto, perfeccionado durante sesiones nocturnas de programación, brilla con luz propia. Los usuarios de X están divididos: “¡Elon es un dios erudito!” vs. “¡Cíñete a los vehículos eléctricos, amigo!”. A medida que el vídeo acumula “me gusta”, la melodía de Musk demuestra: el hombre que sueña con las estrellas también puede armonizar con ellas. ¿Otra vez, Elon?