Durante décadas, los rumores de una carta falsificada vinculada a la princesa Diana han rondado los pasillos del Palacio de Buckingham. Ahora, en un giro sorprendente, la princesa Ana —la más firme y reservada de los Windsor— ha hablado. Su revelación no solo despierta viejos fantasmas; golpea el corazón mismo de la monarquía, apuntando directamente a la reina consorte Camila de una manera que pocos podrían haber imaginado.

La carta que no era de Diana

La carta apareció por primera vez tras la trágica muerte de Diana, presentada como un mensaje íntimo de la difunta princesa de Gales. Parecía absolver a algunos, mientras que discretamente sembraba dudas sobre otros. Pero Ana ahora insiste en que no fue más que un engaño cuidadosamente orquestado.

“Esa no era la voz de Diana en la página”, declaró Anne. “Conocía sus palabras. Y esas no eran ellas”.

Si es cierto, no se trata sólo de un escándalo: es una reescritura de la historia real.

Un arma en la política palaciega

Falsificar una carta así requería más que imitar la letra de Diana. Exigía una comprensión privilegiada de su tono, sus emociones y sus vulnerabilidades. Según Ana, el contenido de la carta suavizó convenientemente la percepción pública de Camila en una época de escrutinio feroz. En efecto, era un arma: una narrativa cuidadosamente plantada, diseñada para proteger a una mujer y opacar a otra.

La confrontación

Anne recuerda haber confrontado a Camilla en una reunión privada hace años. “No lo negó rotundamente”, reveló Anne. “Se rió, no de alegría, sino como se ríe alguien cuando se siente acorralado. Eso me dijo más que cualquier palabra”.

El momento terminó en silencio, enterrado hasta ahora.

¿Por qué ahora?

¿Por qué hablaría Ana tras años de reserva? Fuentes cercanas a la realeza sugieren dos razones: defender el legado de Diana mientras nuevos documentales reviven viejas heridas, y advertir a quienes en palacio creen que los secretos pueden permanecer enterrados para siempre.

«Anne no tiene nada que ganar», explicó una fuente. «Eso es lo que hace que sus palabras sean tan poderosas y tan peligrosas».

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Palacio en crisis

El Palacio de Buckingham, fiel a su estilo, no ha emitido ningún comentario. Pero entre bastidores, se dice que sus asesores están trabajando a toda prisa. El peso de las palabras de Ana es casi imposible de ignorar. Para muchos, esto parece una reivindicación; para otros, una interpretación errónea de conflictos de décadas de antigüedad.

La sombra sobre la corona

Si el relato de Ana resulta cierto, la monarquía se enfrenta no solo a una vergüenza, sino a una profunda ruptura de confianza. Una carta falsificada atribuida a Diana sería más que un escándalo: sería una traición grabada en la historia.

Para Camila, amenaza con reabrir heridas que ha pasado décadas intentando sanar. Para Ana, es un inusual acto de desafío. Y para la monarquía británica, podría ser la tormenta más peligrosa en años.

Y entonces, una pregunta persiste:
si esto es lo que Ana se atreve a revelar… ¿qué otras verdades aún permanecen ocultas dentro de los muros del palacio?

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