La triste historia de Raulín Rosendo: adicciones, mujeres y un “vivo de milagro”

Raulín Rosendo, conocido como “La Leyenda” de la salsa dominicana, es un nombre que marcó generaciones con temas inolvidables, su estilo inconfundible y su capacidad de emocionar con cada interpretación. Pero detrás de los aplausos, de los escenarios llenos y de los discos exitosos, se esconde una historia oscura y dolorosa: la de un hombre que enfrentó adicciones, excesos, amores turbulentos y hasta la muerte en más de una ocasión.

Hoy, a sus más de 60 años, Raulín mira hacia atrás y confiesa que está “vivo de milagro”.

El ascenso y la fama

Nacido en República Dominicana, Raulín encontró en la música un refugio desde muy joven. Su voz grave, su ritmo natural y su carisma lo llevaron a integrarse en orquestas importantes y, más tarde, a brillar como solista. Canciones como “Uno se cura”“Si no te hubieras ido” y “Dominicano para el mundo” lo convirtieron en un referente indiscutible de la salsa.

Con la fama llegó también el dinero, los viajes, las mujeres y los excesos. Raulín pasó de ser un joven humilde a un ídolo de multitudes, pero el precio fue alto.

El inicio de las adicciones

En entrevistas pasadas, Raulín admitió que el mundo de la música lo empujó a un ritmo desenfrenado. Entre giras interminables y fiestas sin fin, comenzó a consumir alcohol y drogas.

—Primero era “para celebrar”, luego se volvió una necesidad —ha confesado.

Lo que al inicio parecía un escape terminó convirtiéndose en una cadena que lo arrastró durante años. Perdió dinero, amigos y oportunidades profesionales.

Mujeres y relaciones tormentosas

Otro capítulo complejo en su vida fueron las mujeres. Raulín siempre fue un hombre atractivo, admirado y perseguido por sus fanáticas. Tuvo romances intensos y relaciones inestables, algunas marcadas por la pasión, otras por la polémica.

Él mismo reconoció que no siempre supo manejar el éxito y que muchas veces confundió el amor con la admiración.
—No niego que hice sufrir a mujeres que me quisieron de verdad. Y eso es algo que pesa en mi conciencia —dijo en una ocasión.

El declive y el punto de quiebre

Las adicciones comenzaron a afectar seriamente su salud y su carrera. Raulín pasó de llenar escenarios a cancelar presentaciones por no estar en condiciones de cantar. Los empresarios perdieron confianza en él y muchos lo dieron por acabado.

El punto más crítico llegó cuando sufrió complicaciones médicas graves que lo pusieron al borde de la muerte. Fue entonces cuando, según él, entendió que estaba vivo de milagro.

—Despertar en una cama de hospital, conectado a máquinas, me hizo darme cuenta de que si seguía así, no viviría para contarlo.

El renacer

Tras ese episodio, Raulín decidió buscar ayuda. Se internó, trabajó en su rehabilitación y comenzó un proceso de transformación personal. Aunque no fue fácil y las recaídas existieron, logró encontrar la fuerza para levantarse.

Hoy asegura que está más enfocado en la música, en su familia y en agradecer cada día que sigue respirando.
—Si estoy aquí, es porque Dios me dio otra oportunidad.

El legado y la reflexión

Pese a sus caídas, nadie puede negar que Raulín Rosendo dejó una huella imborrable en la salsa. Su voz sigue sonando en fiestas, emisoras y corazones que lo recuerdan como uno de los grandes.

La suya es una historia de éxito y tragedia, de talento y errores, pero también de resiliencia. Porque, como él mismo dice, “estar vivo ya es un milagro”.

Epílogo

La vida de Raulín Rosendo es un recordatorio brutal de que la fama no garantiza la felicidad, y que el talento puede perderse en el laberinto de las adicciones y los excesos. Pero también es la prueba de que siempre existe un camino de regreso, aunque esté lleno de cicatrices.

Hoy, cuando canta frente a un público que lo sigue aplaudiendo, sabe que cada nota es un regalo, porque estuvo a punto de perderlo todo.

Y su historia, más que triste, es también un ejemplo: la gloria puede caer, pero la voluntad puede levantarse.