Mientras cientos de fanáticos, amigos y colegas aún no superaban la conmoción por la trágica muerte de Ernesto Barajas, voz principal y alma del grupo Enigma Norteño, su funeral se convirtió en el epicentro de una tormenta mediática. No solo por la repentina partida del cantante, sino por las revelaciones impactantes de su viuda, Alexis Sillas, quien entre sollozos no pudo contener más el peso de un secreto que Barajas había guardado hasta el final de su vida.

Una muerte acribillada que apunta a un complot

La tarde del 19 de agosto de 2025, Ernesto Barajas fue asesinado a balazos en un estacionamiento de Zapopan, Jalisco. El ataque fue fulminante: dos hombres en motocicleta abrieron fuego contra él, provocando su muerte instantánea. Su compadre, que lo acompañaba, también perdió la vida en el lugar, mientras que una mujer inocente resultó gravemente herida. La brutalidad del crimen eliminó de inmediato la hipótesis de un hecho casual.

La Fiscalía de Jalisco investiga dos líneas principales: la posible relación entre los narco-corridos que Barajas interpretaba y los cárteles del narcotráfico, o bien sus presuntos vínculos personales con figuras del crimen organizado.

Lágrimas de viuda y un secreto enterrado

En el funeral celebrado en Guadalajara, Alexis Sillas rompió el silencio. Entre lágrimas, confesó que su esposo había sido contactado en varias ocasiones por poderosos capos de la droga, quienes lo presionaban para componer canciones en su honor.

Según relató, desde 2023 Ernesto había vivido bajo amenaza constante tras recibir intimidaciones del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), al ser acusado de mantener nexos con el Cártel de Sinaloa. Aunque en público mantenía una imagen fuerte, en privado cancelaba presentaciones y limitaba sus viajes para proteger a su familia. Detrás de los reflectores, Barajas era un hombre marcado por el miedo y la paranoia.

Una carrera brillante pero peligrosa

Nacido en 1987 en Guadalajara, Ernesto Barajas mostró desde joven su pasión por la música regional mexicana. Con la fundación de Enigma Norteño, alcanzó rápidamente notoriedad gracias a corridos crudos y controvertidos que retrataban realidades incómodas. La agrupación llegó a sumar más de 4 millones de oyentes mensuales en Spotify, consolidándose como una referencia en el género.

Sin embargo, la fama trajo consigo un costo letal. Sus canciones, cargadas de referencias a la vida en el mundo del narco, cruzaron la delgada línea entre el arte y el crimen organizado. Fue en esa frontera peligrosa donde Barajas terminó perdiendo la vida.

Un legado marcado por la ausencia

La muerte de Ernesto Barajas dejó un vacío profundo en la música mexicana. Para los fanáticos, fue un símbolo de valentía; para sus colegas, un artista talentoso y humilde. Desde el anuncio de su asesinato, múltiples homenajes se multiplicaron en México y Estados Unidos, recordando no solo al cantante, sino también al hombre que se jugó la vida por su arte.


Hoy, Alexis Sillas se ha convertido en guardiana de la memoria de Ernesto, dando voz a la verdad que él calló por años. Sus confesiones abren un debate encendido sobre los límites del narco-corrido y la exposición mortal de quienes se adentran en él.

Una advertencia envuelta en tragedia

El funeral de Ernesto Barajas fue más que una despedida: fue una advertencia para toda la industria musical. La fama y la riqueza en un género ligado al poder del narcotráfico pueden traer consigo un desenlace fatal.

El legado de Ernesto no se reduce a sus canciones más escuchadas; también reside en la verdad revelada tras su muerte: que detrás del brillo del escenario se esconden secretos oscuros que pocos se atreven a enfrentar. Y es precisamente esa verdad la que asegura que el nombre de Ernesto Barajas jamás será olvidado.