El espectro de la quiebra: ¿hipérbole o riesgo oculto?

Elon Musk ha expresado repetidamente su preocupación por la inminente “quiebra”, a veces refiriéndose a la economía estadounidense, otras veces alertando sobre las propias vulnerabilidades de Tesla. Ha descrito el aumento vertiginoso de la deuda federal y las obligaciones de intereses como una amenaza para Estados Unidos, llevando a Estados Unidos a una “quiebra de facto”, generando titulares con sus advertencias y propuestas inspiradas en memes sobre la “Eficiencia del Departamento de Gobierno Doge”.

Pero ¿son estas simplemente declaraciones sensacionalistas o apuntan a una fragilidad más profunda de los mercados y del imperio comercial de Musk?

La cuerda floja financiera de Tesla: riesgos y advertencias

A. Consumo de efectivo y desafíos de producción

En 2022, Musk reconoció con franqueza que las fábricas de Tesla en Berlín y Austin consumían miles de millones de dólares con una producción mínima (las llamó “hornos gigantes de dinero”), lo que generó preocupación de que la quiebra no estuviera del todo descartada.

Además, un informe de 2024 reveló que los ingresos del primer trimestre de Tesla cayeron un 9% interanual, los ingresos netos se desplomaron un 55% y las reservas de efectivo cayeron en 2.500 millones de dólares, evidencia de una creciente presión estructural durante períodos de menor demanda y mayor competencia.

B. Rebajas de calificación crediticia y pérdidas de producción

A principios de 2025, Moody’s rebajó la perspectiva crediticia de Tesla de “Estable” a “Negativa”, alegando un gran gasto de efectivo y el incumplimiento de los objetivos de producción. Un economista advirtió que Tesla podría estar “al borde de la quiebra” si no lograba acceder a los mercados de capitales para obtener financiación.

En marzo de 2025, una disputa pública con Donald Trump resultó en una caída del 14% en el precio de las acciones de Tesla, una pérdida instantánea de 152 mil millones de dólares en capitalización de mercado y un golpe de 34 mil millones de dólares al patrimonio neto personal de Musk.

El paquete salarial de un billón de dólares: una apuesta arriesgada

A. La propuesta

La junta directiva de Tesla reveló un plan de compensación histórico para Musk: hasta un billón de dólares en acciones —sí, acciones—, sujeto al logro de objetivos ambiciosos durante la próxima década. De concretarse, la participación de Musk en la compañía superaría el 25%, lo que podría elevar su patrimonio neto personal a más de dos billones de dólares.

Los hitos incluyen:

Aumentar la capitalización de mercado de Tesla de poco más de un billón de dólares a 8,5 billones de dólares.

Entregando 20 millones de vehículos anualmente.

Implementación de 1 millón de robotaxis, 1 millón de robots humanoides con IA y obtención de 10 millones de suscripciones de conducción autónoma total.


Generando $400 mil millones en EBITDA ajustado durante cuatro trimestres consecutivos.

Musk debe permanecer en Tesla al menos 7,5 años, con adquisición total de derechos en 10 años, e incluir un plan de sucesión.


B. Accionistas y maniobras legales

Esta medida se produce después de que un tribunal de Delaware anulara el acuerdo salarial de Musk de 2018 por 56 000 millones de dólares. Para salvaguardar el nuevo plan, Tesla se reincorporó a Texas, donde la legislación corporativa dificulta que los accionistas presenten impugnaciones.

Se otorgó una adjudicación provisional temporal (96 millones de acciones valoradas en alrededor de 30 mil millones de dólares ) como puente mientras se esperaba la aprobación de los accionistas en la reunión de noviembre de 2025.


Una revisión de la realidad: ¿La “quiebra” es inevitable o imaginaria?

Hasta el momento, Tesla no está en peligro inmediato de colapso, pero suenan las alarmas:

El ambicioso acuerdo salarial podría resultar discutible si obstáculos macroeconómicos, regulatorios u operativos frenan la trayectoria de Tesla.

Las rebajas en la calificación crediticia y el bajo rendimiento de la producción son señales de estrés, no de colapso, sino de una escalada del riesgo.

El mensaje de Musk —la advertencia de “quiebra”— puede ser una hipérbole, pero subraya preocupaciones genuinas entre los analistas y los mercados.

En el Tribunal de la Opinión Pública

La volatilidad de las acciones de Tesla sigue generando debate:

Tesla ha perdido más de 100 mil millones de dólares desde diciembre… su patrimonio neto disminuyó en más de 100 mil millones de dólares”, según una discusión en Reddit.

Otro escribe:

Si Tesla se declara en quiebra… Tesla se convertirá en un pisapapeles… tendrán que arrancarle el hardware propietario a Tesla.

Estas perspectivas ponen de relieve una inquietud generalizada, que incluso raya en la ansiedad, acerca de la viabilidad a largo plazo de Tesla durante esta era de gran riesgo.

Las advertencias de Elon Musk sobre la “quiebra” pueden parecer extremas, pero abordan fracturas reales: riesgo crediticio, desafíos de producción, creciente deuda y preocupaciones de gobernanza.

El audaz plan salarial de un billón de dólares de Tesla aumenta aún más las apuestas: insinúa confianza y plantea la posibilidad de crear al primer billonario del mundo, pero también corre el riesgo de convertirse en el desastre corporativo más espectacular si no se alcanzan los objetivos.

Queda por ver si Tesla traza un camino hacia la realización o se derrumba bajo la ambición. Pero una cosa es segura: estamos presenciando una saga corporativa definida por la ambición a una escala colosal.