El programa Starship de SpaceX enfrenta otro obstáculo: se canceló el vuelo de prueba.  Comprenda la importancia del programa Starship para las misiones lunares de la NASA y las ambiciones de Elon Musk en Marte.

SpaceX cancela el lanzamiento del megacohete Starship ante crecientes contratiempos

ISLA DEL PADRE SUR, ESTADOS UNIDOS – SpaceX se vio obligado a cancelar el esperado vuelo de prueba del megacohete Starship el domingo, alegando la necesidad de solucionar problemas técnicos. Esto supone un nuevo revés para el ambicioso proyecto de Elon Musk tras una serie de fallos explosivos que han puesto en duda el futuro del vehículo de lanzamiento más grande y potente del mundo.

Starship, pieza clave en la visión de Musk de colonizar Marte y en los planes de la NASA para el regreso de humanos a la Luna, estaba programado para despegar de la Starbase de SpaceX en el sur de Texas a las 18:30 hora local (23:30 GMT) para su décimo vuelo de prueba. Sin embargo, apenas 15 minutos antes del lanzamiento, SpaceX anunció en X que el intento se canceló debido a problemas con los sistemas terrestres, sin ofrecer más detalles.

Ese mismo día, SpaceX había informado sobre el reabastecimiento de combustible de la etapa superior del cohete, lo que sugería que los preparativos marchaban según lo previsto. El propio Musk se dirigió a X una hora antes del lanzamiento, proclamando: «Starship 10 despega esta noche». Sin embargo, la misión se detuvo abruptamente, dejando a los aficionados y observadores decepcionados.

Los cierres de carreteras locales indican que el décimo vuelo podría reprogramarse para el lunes o martes, aunque SpaceX no ha confirmado un nuevo cronograma.

La misión, planificada y sin tripulación, de una hora de duración, tenía como objetivo enviar la etapa superior a una prueba que abarcaba todo el planeta, con el propulsor de la etapa inferior listo para amerizar en el Océano Índico. La etapa superior se sometería a rigurosas pruebas durante su vuelo alrededor del mundo.

Una serie de fracasos explosivos

Starship es la pieza clave del sueño de Musk de convertir a la humanidad en multiplanetaria, pero su trayectoria se ha visto empañada por fracasos espectaculares. Los tres vuelos de prueba de la etapa superior en 2025 terminaron en explosiones: dos de ellas esparcieron escombros sobre islas del Caribe y una se desintegró tras alcanzar el espacio. En junio, otra etapa superior explotó durante una prueba en tierra.

A pesar de su imponente diseño de 123 metros (403 pies) y la promesa de reutilización total, SpaceX aún no ha puesto en órbita una carga útil ni ha recuperado con éxito la etapa superior. Tras el último vuelo fallido en mayo, SpaceX anunció planes para “esforzar intencionalmente los límites estructurales” de la etapa superior, con la esperanza de lograr un avance significativo.

La compañía ha logrado atrapar el propulsor de la etapa inferior con sus gigantescos brazos de torre en forma de “palillo” tres veces, pero este último vuelo no estaba previsto para intentar esa hazaña.

La filosofía de SpaceX de “fallar rápido, aprender rápido” ha impulsado su dominio en el mercado global de lanzamientos, gracias a la fiable familia de cohetes Falcon. Sin embargo, los repetidos reveses de Starship han generado dudas sobre si la compañía podrá replicar sus éxitos anteriores con este gigantesco cohete.

La presión aumenta a medida que crecen las dudas

Dallas Kasaboski, analista espacial de Analysys Mason, declaró a la AFP que la serie de fracasos está empezando a empañar la excelente reputación de SpaceX. “Hay mucha presión sobre esta misión”, afirmó. “Hemos realizado muchísimas pruebas y no ha demostrado ser fiable; los éxitos no han compensado los fracasos”.

El ex ingeniero y comentarista Will Lockett fue más allá y sugirió en su boletín Substack que la incapacidad de Starship para entregar una carga útil a la órbita apunta a una “falla fundamental” en el concepto mismo.

Musk ha apostado el futuro de SpaceX por Starship, planeando retirar la generación actual de cohetes y naves espaciales para reemplazar el nuevo sistema. Incluso si el décimo vuelo de prueba tiene éxito, persisten enormes desafíos técnicos, desde lograr que el sistema sea totalmente reutilizable y rentable hasta demostrar el reabastecimiento orbital con propulsores superenfriados, una necesidad para las misiones en el espacio profundo.

A pesar de las críticas de grupos ambientalistas por el impacto ecológico, SpaceX está acelerando su ritmo de lanzamiento. La Administración Federal de Aviación (FAA) cerró recientemente su investigación sobre la última explosión de Starship, confirmando que no hubo heridos.

Musk, conocido por sus audaces plazos, sostiene que Starship lanzará sus primeras misiones no tripuladas a Marte el próximo año.