De un apartamento común a un refugio familiar pleno de estilo

Al principio, el piso nos pareció bastante común y poco atractivo. Probablemente, la mayoría de las personas no habría considerado siquiera esta propiedad.

Sin embargo, como profesionales de la arquitectura, poseíamos una visión que otros no alcanzaban a percibir. En lugar de dejarnos intimidar por su estado deteriorado, detectamos el potencial para convertirlo en un espacio excepcional.

Con 105 metros cuadrados, el apartamento demandaba una renovación profunda. Como pareja casada con una hija pequeña, estábamos plenamente decididos a aceptar este reto.

La transformación inició en el pasillo, donde elegimos una sofisticada mezcla de tonos grises y azules. Para maximizar la funcionalidad, incorporamos un amplio armario, una banca acogedora con espacio para zapatos, percheros y una consola suspendida acompañada por un espejo.

En la cocina y la sala, optamos por un parqué de roble cálido, mientras que en el baño seleccionamos una solución más práctica. Además, un comedor con diseño elegante aportó un toque de distinción en la entrada, armonizando perfectamente con el resto de la decoración.

Los muebles de la cocina presentan tonos neutros y refinados que generan una atmósfera elegante y acogedora. El protector contra salpicaduras está fabricado en gres porcelánico de alta gama, mientras que el acceso al gas se integra discretamente en los módulos inferiores, completando así la estética moderna.

Por otro lado, la sala se transformó en nuestro espacio favorito. La combinación de parquet y los colores de las paredes, cuidadosamente seleccionados, crearon un ambiente cálido y sofisticado.

Un sofá amplio y cómodo

Dos sillones con diseño contemporáneo

Espacio ideal para el relax

Una habitación independiente fue destinada a estudio para mi esposo. Las paredes, pintadas en un verde intenso, generan un efecto audaz y relajante a la vez.

En nuestra alcoba, optamos por una paleta suave compuesta por blanco y beige. El ambiente se completa con un armario amplio de puertas blancas y una cama matrimonial elegante que incluye detalles luminosos.

Frente a la cama, se añadió un tocador con espejo circular y un puf coordinado que aporta sofisticación y comodidad.

El cuarto de nuestra hija representó un proyecto especialmente significativo. Con tonos rosa pastel y un aire de cuento de hadas, se convirtió en su verdadero santuario.

Como elementos destacados de esa habitación, destacaron un gran espejo junto a la entrada y una cama acogedora con cabecera acolchonada.

Para mayor practicidad, el baño fue separado del inodoro.

La bañera, realizada en mármol fundido, añade un toque lujoso, mientras que la lavadora se ubicó en la despensa contigua al baño, manteniendo el orden del espacio.

«Cada esfuerzo invertido valió completamente la pena, pues lo que antes parecía un apartamento olvidado, ahora es un hogar cálido y lleno de vida.»

En resumen, este proceso de renovación demostró que con visión y compromiso, es posible transformar cualquier espacio en un lugar lleno de calidez y funcionalidad. La decisión que tomamos nunca fue motivo de arrepentimiento, sino al contrario, el principio de una vida llena de nuevos momentos en nuestro renovado hogar.