“Un concurso miserable que degrada y humilla a las mujeres para lucrar con ellas”, declaró Shakira al criticar con dureza el certamen Miss Universo 2025, después de que el presidente Nawat Itsaragrisil insultara a la representante de México llamándola “pu.t.a”. Sus palabras encendieron una tormenta global.

La artista colombiana no se limitó a señalar el incidente, sino que destapó una herida más profunda: el negocio multimillonario que se alimenta de los cuerpos y la dignidad de las mujeres. Su declaración, breve pero feroz, resonó como un grito de justicia.

El insulto proferido por Nawat Itsaragrisil, presidente de Miss Grand International, fue captado por cámaras y difundido en redes sociales, provocando indignación masiva. Miles de usuarios exigieron sanciones inmediatas y denunciaron la normalización del machismo en los concursos de belleza.

Shakira, conocida por su activismo y defensa de los derechos femeninos, rompió el silencio con una frase contundente. “Ya basta de lucrar con nuestro dolor y nuestra imagen”, dijo en una entrevista improvisada, generando un terremoto mediático en cuestión de minutos.

Sus declaraciones se viralizaron con rapidez, siendo replicadas por celebridades, periodistas y líderes de opinión. En México, miles de mujeres salieron a las calles con pancartas citando sus palabras, mientras el hashtag #ConShakira se convirtió en tendencia global en menos de una hora.

Pero lo que más sorprendió fue su advertencia final. “Si siguen humillando a una, nos levantarán a todas”, expresó con voz firme. Diez palabras que, según los medios, “paralizaron el planeta” y unieron a mujeres de todos los continentes en un mismo clamor.

La magnitud del impacto fue tal que incluso el comité de Miss Universo tuvo que pronunciarse, prometiendo una revisión interna de sus protocolos de ética. Sin embargo, el daño ya estaba hecho y la credibilidad del certamen quedó gravemente comprometida.

Varias exreinas de belleza se unieron a la protesta, revelando experiencias de maltrato, manipulación y discriminación sufridas durante sus reinados. Sus testimonios reforzaron la denuncia de Shakira y mostraron que el problema no era un hecho aislado, sino un sistema podrido.

En redes sociales, millones de mensajes acompañaron su causa. Mujeres anónimas, periodistas, artistas y activistas publicaron historias de humillaciones similares bajo el lema “No somos muñecas de exhibición”. El movimiento se expandió como fuego en la pradera digital.

Mientras tanto, Nawat Itsaragrisil intentó justificar sus palabras diciendo que fueron “sacadas de contexto”. Pero su intento de disculpa fue recibido con furia. La opinión pública lo acusó de misoginia y exigió su renuncia inmediata del cargo.

Shakira, lejos de retroceder, publicó un video en el que insistía en la necesidad de erradicar los certámenes que convierten a las mujeres en productos. “La belleza no se mide en centímetros, sino en coraje”, afirmó ante más de cincuenta millones de espectadores.

Su mensaje traspasó fronteras y lenguas. En Argentina, Chile, Colombia, España y Estados Unidos, miles de mujeres organizaron concentraciones simbólicas para agradecerle su valentía. En México, su rostro apareció en murales con la frase “Nos levantarán a todas”.

La crítica de Shakira también reavivó el debate sobre la industria del entretenimiento y los límites de la “belleza comercializada”. Diversos sociólogos señalaron que los concursos perpetúan estándares inalcanzables y dañinos para las generaciones jóvenes.

Incluso algunas marcas patrocinadoras de Miss Universo se retiraron tras la polémica, declarando que no apoyarían eventos que fomenten la degradación femenina. El golpe económico y reputacional al certamen fue devastador e inmediato.

Por primera vez, figuras masculinas del espectáculo se sumaron al llamado de respeto. Actores, deportistas y músicos reconocidos publicaron mensajes de apoyo, afirmando que “la igualdad comienza cuando se escucha el enojo de las mujeres”.

El eco de las palabras de Shakira se transformó en un movimiento cultural. Editoriales, programas de televisión y universidades comenzaron a organizar foros sobre la dignidad femenina y el rol de los medios en la perpetuación del machismo estructural.

Incluso organismos internacionales de derechos humanos expresaron su respaldo. La ONU Mujeres citó la frase de Shakira en un comunicado oficial, destacando que “su denuncia abre una conversación global necesaria y urgente sobre la explotación estética y simbólica de las mujeres”.

Mientras tanto, el público sigue exigiendo consecuencias concretas. En varias plataformas, se promueven campañas para boicotear futuras ediciones del certamen hasta que se garantice una reforma profunda que respete la integridad de las concursantes.

Los expertos coinciden en que este episodio marcará un antes y un después. El comentario de Shakira, aunque breve, simboliza una rebelión contra siglos de imposición estética y subordinación cultural bajo la apariencia del glamour.

“Su voz tiene el poder de lo auténtico”, opinó una periodista española. “No habló desde la ira, sino desde la dignidad. Por eso su mensaje caló tan hondo: porque recordó al mundo que ser mujer no es un espectáculo”.

El escándalo de Miss Universo 2025 podría pasar a la historia no solo por la ofensa de su presidente, sino por la respuesta global que generó. Y, sobre todo, por haber convertido a Shakira en un símbolo de resistencia femenina.

Desde entonces, su advertencia continúa resonando. “Si siguen humillando a una, nos levantarán a todas.” Diez palabras que trascendieron la polémica para convertirse en un manifiesto. Una consigna que, quizás, cambie para siempre la forma en que el mundo mira a las mujeres.