Elon Musk no es discreto, y su aparición en la UFC 314 con Lil X lo demostró. El Kaseya Center bullía con la llegada del visionario de SpaceX, con la pequeña mano de su hijo agarrando la suya mientras sorteaban un mar de flashes.

La publicación de Musk sobre un nocaut impresionante incendió internet, pero fue la mirada perpleja de Lil X a la jaula la que generó miles de memes, con los fans bromeando con que estaba pensando en una arena de combate en Marte.

El asiento de primera fila de Musk lo colocó en compañía de figuras influyentes, desde Dana White hasta pesos pesados ​​de la política, convirtiendo el evento en un centro de networking de alto riesgo.

Sin embargo, Lil X le dio un toque de distinción al momento, recordando con su presencia que incluso los influencers globales tienen responsabilidades de pañalera.

Algunos fans elogiaron a Musk por compartir el protagonismo con su hijo, mientras que otros debatían si el ambiente atrevido de la UFC era apto para niños.

Las conversaciones solo impulsaron el alcance viral del evento, con los usuarios de X divididos entre admirar la flexión de Musk, que priorizaba a la familia, y cuestionar sus decisiones.

Mientras las peleas se intensificaban, Musk y Lil X se convirtieron en las mascotas no oficiales de UFC 314, y cada uno de sus movimientos fue analizado en línea.

Desde las animadas ovaciones de Elon hasta el soñoliento desplome de Lil X contra el hombro de su padre, la noche capturó una inusual mezcla de espectáculo y sinceridad.

La noche de la pelea en Miami no se trató solo de nocauts, sino de un padre y un hijo robándose el show, un momento viral a la vez.